La Biblia no es el producto de una elevada conciencia humana o un iluminado intelecto, sino que es directamente inspirada por Dios mismo.
“Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”.
Nuestros progresos técnicos salen de nosotros y vuelven a nosotros plagado de contradicciones; la falta de tiempo es una de ellas. Aun así, necesitamos tiempo para buscar a Dios y tener un encuentro personal con él.
Los prejuicios desvirtúan y anulan la debida relación con nuestro prójimo, además también enceguecen nuestra visión acerca de Dios y su verdad.
Quien desee saber quién es Dios, y qué hará en el curso de la historia, tiene que contemplar a Jesucristo.
Este año el galardón le ha sido concedido al Ayuntamiento de Santiponce, Sevilla, por haber sido sensibles a la historia y dignificar la figura de Casiodoro de Reina al levantarle un busto como reconocimiento a su persona y obra.
Los sueños han llamado la atención del ser humano desde tiempos inmemoriales. Pero los sueños, sueños son, y no forman parte de esa realidad tangible e inmediata a la que todos estamos sometidos.
Las palabras de Andrés indicaban su gozo por haber hallado a quien deseaba encontrar; y ese encuentro fue, como en los demás, el triunfo de sus vidas.
Cumpliendo ya cincuenta años en este ministerio, ha llegado a Sevilla el barco Logos Hope, para, como su propio nombre indica, traer esperanza y compartir las buenas noticias de salvación en la persona de Jesucristo.
Desde Babel, la historia del hombre ha estado marcada por la confusión y la falta de entendimiento de sí mismo. Pero Dios siempre ha estado hablando al hombre, y lo ha hecho en un lenguaje que todos pudieran entender aun habiendo miles de lenguas en todo el
Se ha dicho infinidad de veces que la vida es una lucha constante. Y lo es más que nunca para el que prescinde de Dios en su vida.
Los cristianos deben ser razonablemente felices. El gozo y la alegría cristiana tiene una base más profunda que nuestro humor o personalidad.
El hombre quisiera penetrar el futuro y ver qué será de él y de la humanidad en ese futuro misterioso. La Biblia tiene la respuesta.
La justificación por la fe fue el corazón de la Reforma. Y hoy sigue siéndolo, porque sólo la fe en el Cristo resucitado transforma del corazón humano; de hecho, es el corazón de la vida cristiana.