El tema importante de la Navidad no es tanto que Jesús vino, sino por qué vino. Había un precio que debía ser pagado por nuestros pecados. Alguien tenía que morir, y sólo Jesús podría hacerlo.
Aunque el misterio de Dios supera la razón humana, ésta puede, si procede rectamente, conocer no sólo la existencia de Dios, sino también algunos de sus atributos.